lunes, 29 de octubre de 2007

ROMANCES (I)


Esta serie de Romances, escritos por nuestro amigo y compañero Juan Segundo, referidos al Reino de Aantequera, donde habita en el Palacio de Calle Estepa el "Rey Ricardo", se refieren al devenir diario de la vida y política de nuestra ciudad.
Ahora pongo una veintena y en una segunda entrega pondré otros tantos.
Todos ellos han sido publicados en "La Crónica"




ROMANCE PRIMERO

Era un pueblo pequeñito,
pueblo como otro cualquiera
que tenía sus callecitas
y que miraba a La Vega.
hay mercaderes, marchantes,
comerciantes de solera:
aguardenteros que hacen
aguardiente, que lo beban
los que beben aguardiente
y algunos que venden telas
y los que curten pellejos,
curtidores es la empresa,
cantareros, campaneros
gente de baja ralea
que han dicho ¡con dos cojones!
"no se paga la luciérnaga"
Pero reinaba aquel pueblo,
aquel vergel de La Vega
Rey Ricardo, Rey Ricardo
y dice que en estas fechas
alumbrado ha de haber:
"Aunque no paguen las glebas,
del erario sacaremos
euros y aún pesetas
aunque no haya en Calzada
ni tampoco en La Alameda
y otras que yo no miento
aunque yo mentir sí sepa
ni una luz, ni un candil
ni tampoco una lumbrera
que el Niño Jesús me dijo
que me dejaba esta herencia
para que yo gobernara
golf, dineros y tenencias
y concejalías malditas
de maldita malquerencia
como es la de deportes
la de la calle Trasierras
que no paga bocadillos
ni autobuses a otras tierras
y digo yo que será
por ahorrarse unas pesetas
que aunque no me hacen falta
porque yo ando bien de cuenta
este muchacho es celoso
de los dineros y rentas,
por eso no le he encargado
que me alumbre en estas fiestas,
porque me hubiera quedado
poco menos que a dos velas
y en penumbra Majestades
de Oriente, quizás no vengan
y quiero que esto reluzca
como si fuera candela,
como un ascua, una antorcha
un raudal de luces bellas,
una hemorragia de luces
acompañadas de estrellas
una enorme multitud
que tenga tanta presencia
que digan los de los pueblos
“¡Mira que arde Antequera!”
y no arde Antequera, no
que es que yo la puse bella
que si otro fue Lucecita
ahora yo soy "El Lumbreras."
(Continuará)



ROMANCE II


Donde Se da cuenta de algunas cavilaciones del Rey Ricardo

Cuando caminaba ocioso
Rey Ricardo, Rey Ricardo
por aquel castillo moro
que hoy es castillo cristiano,
paseando los adarves
bien hechos, bien empedrados
por otro rey anterior
al que le gustaba tanto
una piedra, una chinita
o cualquier rodado canto
que pudiera colocarse
tanto en pared como en llano,
digo, cuando caminaba
sus pensamientos pensando
con las manos a la espalda;
la diestra, puño cerrado
y la siniestra que abarca
la muñeca de ese brazo,
da pasos sin norte fijo,
mira al suelo cabizbajo,
cualquiera que así lo viera
“¡algo andará maquinando!”
-diría sin más preludios-
“¿Un nuevo campo de golf?
¿quizá recalificando
otras parcelas de tierra?”
Pero alza la vista mirando,
de pronto, hacia el horizonte
y su semblante ha cambiado
“¡Dios mío, qué grande soy1”
-dice entre sí cavilando-
¡Cuánto me adoran y quieren
estos deudos y vasallos.
Pobre gente ¿qué sería
de ellos sin regia mano
que los guiara, qué tristes
y aún miserables sus años
¡qué perdida su existencia!
Su futuro abandonado
a lo que quisiera hacer
otro cualquier desalmado.
Yo en cambio miro por ellos.
Yo les estoy alumbrando
estas fiestas entrañables
que entrañan un buen puñado
de billetes en bombillas,
y les estoy preparando
una linda cabalgata
para que sigan soñando
en esa mágica noche,
que yo les he regalado
cuanto tienen, cuanto añoran
y que siguen respirando
porque no he cortado el aire,
aunque mira, bien mirado
podría cobrarse un precio,
simbólico, no muy alto,
para aspirar las partículas
de oxígeno por el órgano
de encima de los bigotes
y después al expirarlo
se cobraría un poquito,
un poco más, pues es claro
que ese aire que se espira
luego hay que reciclarlo,
que me tienen este pueblo
todito contaminado
¡tanto respirar de balde!
¡tantas narices hinchando
y succionando a la vez
este aire tan barato!
Mira, pues cobrar por eso
no estaría mal pensado.



ROMANCE III

¡Y no diez por banda, no!
que catorce se han dispuesto
para que nos caiga nieve
en un recorrido presto
a propósito de Reyes
que de Oriente van viniendo
¡Y luego dirán que somos
originales con esto!
Porque no es idea propia
¡Copiamos de los leperos!
que han dispuesto que este año
cerca del ayuntamiento
ha de nevar cada día
que es Navidad para eso
¡A saber si hubo en Belén
un triste copo cayendo!
pero como aquí la cosa
va de votos, es por eso
por lo que quiere Josefa
y el Rey Ricardo ha dispuesto
que sea original nuestra
y no sea de los leperos
y que salga en los periódicos
que los que copian son ellos,
y que lanzamos al aire
artificial elemento
enfriando agua previa
¡que no haya congelamientp!
porque si caen cubitos
en vez de nieve, presiento
que en la cabeza de alguno
habrá descalabramiento,
para eso hay suficiente
con esta cuesta de enero
en la que ha subido todo,
todito menos los sueldos
que sí que están congelados
y no los cubitos esos
que te echan en los vasos
para poner luego menos
ginebra, aunque se cobre
medio igual que uno entero.
Volviendo a lo de los votos,
llevo unos días oyendo
que en este pueblo se suma
más que en primaria y entiendo
que ha de haber alguna resta,
porque pensando, recuerdo
lo de las Escaleruelas,
Carihuelas llama el pueblo
a ese lugar tan precioso,
antes piedra, hoy cemento,
porque se les ha puesto a algunos,
el Rey Ricardo entre ellos,
que los nuevos señoritos
vayan allí de paseo
y si andando es muy pesado
se coge un todoterreno
para eso hemos cambiado
esta nueva “ley del suelo”
y la gente de los palos
pelotita y agujero
que cabrean a los topos
monten su caballo, y luego
que se den un paseíto,
un paseo quijotesco
sin que Rocinante acabe,
resbalándose, en el suelo.


ROMANCE IV


En el que se cuenta la muy veraz fábula del clavel y del conejo. Primera parte.


Dormitaba en la penumbra
tendido en un sitio fresco
verde hierba, blanca escarcha,
desocupado un conejo.
No hace como las liebres
que, uno cerrado, otro abierto,
al par que duermen vigilan
por si hubiera algo ajeno.
Pero nuestro personaje,
que es de natural despierto,
duerme a sus anchas, profundo,
entregado al dulce sueño.
Mas de pronto, algún ruido,
un despistado viajero,
va y lo rapta, cual un tauro
de los brazos de Morfeo.
Yergue su imagen cunícula,
las orejas al venteo,
los ojos miran al frente
todo el horizonte entero,
y descubre en lontananza
algo rojo, como un beso,
ósculo en Madre Natura
se muestra en un soto espléndido.
El conejo embelesado
corre en busca de aquel fuego,
aquel ardor que reluce
como un sol en campo yermo:
es un clavel que le invita
con el color del infierno
a que se acerque despacio,
quedito, a pasito lento,
va acortando la distancia
paso a paso, metro a metro,
hasta que por fin se acerca
y lo olisquea un momento.
Curioso, como es normal,
de natural el conejo
se interesa por las cosas
que tiene el clavel bermejo.
Ni corto ni perezoso
Se pregunta qué es aquello
que le atrae del clavel
que tiene al lado un espejo
y más allá hay una rosa
y algo mellado y postrero
hay detrás de un vil carbón
y están juntos todos ellos.
El conejo se interesa
por los asuntos internos
que debaten sonrientes
como buenos compañeros.
De pronto, con gran ruido
y en medio de un humo denso,
aparece Rey Ricardo
como por encantamiento
y le ofrece zanahorias
al avispado conejo
que no duda en acercársele
las zanahorias oliendo,
pensando que de este asunto
ha de sacarse provecho,
y sin duda que lo hay
y que lo hay en efecto:
le ha ofrecido figurar,
que el Rey Ricardo es espléndido
en cuestión consistorial
con Él en el puesto onceno.



ROMANCE V


Donde se da cuenta de la muy enjundiosa charla entre el Rey y el conejo (segunda parte)

Alejado se ha el conejo
pensando, meditabundo
en esa oferta maldita
hecha desde el inframundo.
“Si yo- pensaba entre sí-
le meto el diente a este asunto,
puedo arreglar del todo
mi vejez si me lo curro.”
El Rey lo observa de lejos:
“Este acepta, eso es seguro.
Eso me permitiría
reinar no sólo este mundo,
sino aquél de más allá,
del otro lado del muro,
del Torcal, quiero decir,
detrás de la Boca el Asno
que no se llama del Burro
porque suene algo mejor.
Así, no me llevo el susto
de perder en Villanueva
que no es pueblo minúsculo
como antes lo entendían,
Pueblecillo, en absoluto.”
Entre estos pensamientos
y algunos de menor bulto,
el Rey Ricardo medita
y piensa que es eso justo,
aunque diga la derecha
y aseguren todos juntos
que el hacer eso está feo,
que eso es transfuguismo puro,
que si un conejo se escapa
a otra madriguera, un zulo
se merece por morada
y no otro sitio más chulo,
porque eso de ser tránsfuga
huele tan mal como el culo.
El conejo va y se acerca
al Rey Ricardo un segundo
y pregunta qué le toca
de ganar si me hago tuyo.
Y le responde altanero
hinchando, notable, el busto
que los campos que rodean
la Villa con Nueva juntos
será como un virreinato
para él, como su mundo;
podrá recalificar
tranquilamente, a su gusto
y cambiar por zanahorias
los de alfalfa minifundios
y sin darle explicaciones
a vivos, ni aún difuntos.
“¡Yo no quiero zanahorias!”
-grita herido en su orgullo-
“Yo quiero que se hagan partes
de otros más altos enjundios
que te traes entre manos
y que no nombro y soy mudo
y hago la vista gorda
si de ese clavel, el umbro,
la sombra, quiero decir,
me protege en el futuro,
porque me acuerdo que Silva,
y de esto no hace mucho,
pues hizo casi lo mismo
y se le complicó el rumbo
¡Te metes las zanahorias
por donde te dé más gusto!”


ROMANCE VI


Donde se concluye la muy comentada en Antequera fábula del conejo y el clavel.

Ante tamaño exabrupto
se ha extrañado el Rey Ricardo,
más que una respuesta ha sido
un tremendo espetonazo.
Creía que lo tenía
todo atado y bien atado
y el torcalino conejo
de tonto no tiene un gramo;
habrá que hablarle muy quedo,
habrá que irlo asimilando
a las sus buenas maneras
que acostumbran en palacio.
Se mira el Rey en el espejo
y cual si fuera uno mágico
le pregunta al espejito
“¿qué debo de irle dando?”
El espejo le contesta
cual es su derecho brazo
que le vaya prometiendo
cosillas a largo plazo
“que si el aeropuerto llega,
que si el PGOU está arreglado,
que si te invito en el golf,
que si te presto mis palos,
que si toma mis pelotas
que si tu hoyo es más ancho”
que si vaya jueguecito
porque cualquiera pensando
en otra cosa estaría
con hoyos, pelotas y palos
¡pero no!, que el parlamento
es entre seres honrados:
un conejo que a la gente
de su partido tirados
deja y se arrima al clavel
donde espera resultados
con más pingües beneficios
que los que le estaban dando
verde hierba, blanca escarcha
sin pensar ha abandonado
para acogerse al clavel,
al clavel del Rey Ricardo
porque digo yo que aquí,
estando yo aquí a su lado
algo me puede caer;
algún sonido metálico
que suene aquí en mi bolsillo,
ya sea de plata o áureo
que no hago yo distingos,
aunque prefiero el dorado
porque la plata se marcha
como el Guadalhorce honrado
que va a morir a la mar
que el poeta castellano
Manrique, ya lo dijera
y lo dejara estampado
en las coplas que dedica
a su padre, el afamado.
Y como suele ocurrir
en las fábulas contando
en llegando al final toca
el colorín colorado:
del conejo y del clavel
la fábula se ha terminado.


ROMANCE VII


En el que se da cuenta de la ardua y diaria cruzada que tienen que soportar los antequeranos.

En este pueblo, señores
todo el día, desde el alba
tiene lugar a diario
una singular cruzada.
¡Miento, que no a diario!
cinco días por semana
que cruza una cruz las calles,
una cruz endiablada,
una cruz que temen todos
por un camión arrastrada.
Sólo falta, para peor
que fuese además gamada.
Los antequeranos tiemblan
cuando la ven levantada,
pero lloran sus carteras
si la ven al suelo echada
arrastrando algún vehículo
a la plaza que es llamada
de Castilla, donde está
la estatua enamorada;
asido el uno a la otra,
la otra al uno agarrada,
como quisiera agarrarle
uno al conductor la cara
que se ha llevado la cruz
mi coche, mi cuatro latas
que lo tenía aparcado
muy cerca de Las Delcalzas
y una vil raya amarilla
que es de la grúa chivata,
esa ha sido la culpable
de arruinarme la semana;
pues sólo por el servicio
son sesenta y seis del ala
y otros cien o cinto y pico
la infracción, que está estampada
en el boletín maldito
de la policía llamada
local, porque es de locos,
una auténtica pasada,
que se cobre ese dinero
por una rueda montada
en la acera, o estar puesto
en una carga y descarga.
Y de descargas hablando,
el pliego, que es gracia dada
pa marear la perdiz,
porque no resuelve nada;
se falla después de un mes,
por lo que si no es pagada
la infracción en ese tiempo
sin una triste rebaja
te quedas, cara de tonto
y la tarjeta embargada.
Así que hay que pagar
antes de un mes, o no hay nada
de deducción del papel
y enterita hay que pagarla.
Pues bueno, díganme ustedes
si no está justificada
la mala leche que le entra
a la gente antequerana
por esta cruz del diablo,
que nos hace esta cruzada
para que algún gilipollas
se hinche sin hacer nada



ROMANCE VIII


En el que se saca a un amigo de un error gramatical y se hace elogio del aguardiente.

Nadie duda de esta villa
que está bien comunicada
con Sevilla y con Córdoba
además de con Granada
y no queda ni muy lejos
auque sí, y mucho en tren, Málaga.
Ahora que ya han llegado
las traviesas a Santa Ana
estamos bien conectados
con la Corte y la farándula.
Y no es que sea barato,
de eso no tiene nada,
pues además del billete
de ida y de llegada,
hay que añadir lo del taxi
para llegar hasta casa,
porque no hay ni un autobús
en esa franjita horaria
que traiga a los viajeros
por una cosa barata.
El nombre de la estación
ha enrojecido gargantas:
que si estación de Antequera,
que si Antequera-Santa Ana
que si meter Bobadilla
que Bobadilla-Santa Ana...
y todo quedó resuelto
¡qué solemne catetada!
juntando las tres ciudades,
como un crisol de palabras
quedando en denominarse
Antequera-Bobadilla-Santa Ana,
pues hay que hacer concesiones,
porque independencia clara
quieren los de Bobadilla,
para eso tienen la PABA,
para irse segregando
puerta a puerta, casa a casa
de este tan mal municipio
que no atiende sus demandas.
Un mi amigo me ha contado
que lo del AVE a Santa Ana
más pronto que Bobadilla
de eso nada de nada,
puesto que antes de eso
llegó a ese pueblo la PABA,
que es animal de corral
pero que posee alas,
por lo tanto como AVE
ha de ser considerada.
Yo lo saco de su error
porque algo sé de gramática
y le digo que es con V
y no con B como la haba,
que por algo yo me gano
el pan de cada mañana
enseñando a mis alumnos
gramática castellana.
¡Castellana!
¿Por qué será que me sabe
a aguardiente esta palabra
cuando al paladar la lengua
suena como una granada?
¡Castellana!
Dulce jugo, agua ardiente
que entra por mi garganta
y mata los gusanillos
que me roen las entrañas
cuando todavía tengo
en los mis ojos lagañas.


ROMANCE IX


Donde se hacen disquisiciones sobre qué votará mañana el conejo... y no se llega a ninguna parte.

¿Votar sí o votar no?
Así, en esta quimera
devanándose la gente
el coco está, y semejan
al gran Shakespeare, al gran Hamlet
hablando a la calavera
entre si es o si no es,
si no sé si me interesa
el blanco, el sí o el no,
o no ir a votar siquiera
si el día amanece bueno
pa ir a comer a una venta;
por cierto, la del conejo
pone una carne muy buena,
y mi amigo Miguel Lanas
que rima como cualquiera
pone un lomo y un chorizo
con un litro de cerveza
que sabe a cielo y a gloria
por una cuantas pesetas.
Pero hablando del conejo,
y no de aquél de la venta
sino de otro que conocen
de otras cercanas entregas
por tontear y acercarse
al clavel que lo tantea
y le ofrece vanidades
¿qué votará en esta terna?
¿Dirá no porque le duelen
como si fueran pesetas
los euros que dicen, se pierden
si echas la papeleta
del sí, dentro de la urna?
¿ Votará no, si recuerda
que no mucho tiempo atrás
él se dormía la siesta
con blanca escarcha tapado,
tirado en la verde hierba?
¿Pues qué votará el conejo?
¡Qué solemne papeleta
el tener que averiguarlo!
Más fácil una quiniela
con pleno al quince incluido
que imaginarse siquiera
lo que saldrá de las urnas
del E.A.T.I.M. Villanueva;
porque pensando, pensando,
si los de la mano abierta
dicen que nanay, que no
y el conejo caso hiciera
por aquello del recuerdo...,
pero si el Rey se entera
le retira sus favores
y le manda carretera
y manta, para el Torcal,
más allá, hasta Villanueva.
No, él votará que sí,
igual que en el aeropuerto
y el P.G.O.U. de Antequera
y no pensará en los miles
de millones ¿son sesenta?
que dicen que aquí se pierden
si a Chaves le echas cuentas.
Pues entre el sí y el no
como un conejo cualquiera
han de debatirse ustedes
¡Reflexionen por su cuenta!


ROMANCE X


En el que se da noticia de las Carnestolendas y de una genial chiriparsa conejera y voladora.

Y no queriendo la cosa
he llegado a la decena,
y al estar en este tiempo
que es previo a la Cuaresma
que se llama Carnaval,
antiguas Carnestolendas,
y siendo cifra redonda
el diez, que es una decena,
se lo quiero dedicar
a unos pocos de colegas
que acostumbran a salir
cantando por estas fechas.
Todo esto comenzó
allá por la calle Nueva
ensayando entre olores
de óleos, atriles, paletas.
Salieron los pivotillos
con una cara muy negra
escarneciendo con coplas
la realidad de Antequera,
a los ediles y alcaldes
que son una gente siesa
y no les gustan las coplas
que canta gente perversa.
Y llegó el año siguiente,
y llegaron estas fiestas;
salieron de un Paraíso
que alegra las entrepiernas,
de chulos dice la gente
(esa palabra es muy fea,
para decirlo más fino
hay que decir proxeneta,
que quiere decir lo mismo
y mucho más fino queda).
Y llegó el año pasado
que está detrás de la puerta,
y salieron de golfistas.
Colorida vestimenta
portaban aquellos golfos
que llaman en vulgar lengua,
que con el correr del tiempo
llega a ser la verdadera.
Este año un pajarillo
me ha soplado a la oreja
que van a salir volando,
que llevan faldas y tetas
y que se llaman conejos
y puede haber una sorpresa
si le levantas la falda,
porque hay conejos que vuelan
y se llaman voladores
pero estos tienen tarea.
No sería yo el guapo,
si se me cae la cartera,
de agacharme ahí delante
donde está su portañuela.
De azafatas bien vestidas
saldrán por las calles nuestras
y cantarán sus coplillas
que si son gloria leerlas
escucharlas es un placer
reservado a los que tengan
orejas para escuchar
y en la sien entendederas.
Pues vamos todos, señores,
que es tiempo de francachela;
los Conejos Voladores
parece que ya despegan.


ROMANCE XI


Donde se da noticia de un día nefasto... con la casa llena de albañiles y yo con estos pelos.

Hay días que sería mejor
que no fuera amaneciendo
y quedarse adormecido
en los brazos de Morfeo
porque así, acurrucaito
no puede pasarte bueno
pero ni malo tampoco
y por eso os lo cuento.
Anoche, como llegué
tarde por ver los conejos
que el Manolo cantaron
como ángeles del cielo,
me he levantado tardecito,
y como además tengo
albañiles en la casa
y eso no trae nada bueno,
que me tienen los pasillos
llenos de yeso y cemento
y todo porque a mi mujer
se le ha metido en el seso
de cambiar los ladrillitos
que hay puestos en el suelo,
pues como los albañiles,
como les iba diciendo,
son como son, va y me dicen:
“Juan por qué no traes de esto”
-Y el romance sin hacer,
y yo sin tener tiempo,
y te encuentras a ese uno,
menos mal que no le debo,
y te para y te pregunta
por la salud y “que de tiempo
que hace que no nos vemos
y a ver si un día quedamos
cualquier diíta de estos
y tomamos unas cañas
pa recordar viejos tiempos”.
Y tú deseando irte
y él “te acuerdas en el colegio...”
y se te queda mirando
como momento a momento
te vas encolerizando
y se te endurece el gesto
y dice “bueno mejor
que pa otro día lo dejemos”.
Menos mal que me ha dejado
¡qué pesado es el camueso!
y precisamente hoy
que estoy que no me contengo.
Bueno pues llego a la casa
pensando que ya está hecho
todo lo que me han mandado
¿qué está todo? Un huevo;
otra vez ferretería,
otra vez el ferretero:
-¿Cómo, otra vez por aquí?
¿qué se le ofrece de nuevo?
-Mire usted estos tornillitos
los tendría en color negro.
-Pero si es la cuarta vez
que los cambia, no lo entiendo.
Se nota en Semana Blanca
lo que hacen los maestros
y uno aquí aguantando,
el cliente es lo primero.
Y te sales de la tienda
Con cara de mucho cabreo



ROMANCE XII


Donde se hace una reflexión democrática y el Rey Ricardo hace cavilaciones sobre su futuro (primera parte)

Cuando el ocaso pasea
sus pasos por esas piedras,
de oro son los contornos
del Castillo y las iglesias.
Las iglesias se contraen
y el Castillo señorea
y allí estaba el Rey Ricardo
pensando en sus venideras
¿Qué haré yo –se preguntaba-
en mis futuras vivencias?
Cuando las urnas se abran
habrá papeletas nuevas
y habrá que contarlas de nuevo,
y aunque no haya sorpresas
puede haberlas, pues lo mismo
que una chica que empieza
cuando hay sangre hay que poner
en una raja compresas.
Y el Rey aquí se calla
porque ahora habla el poeta,
y sangre no ha de haber
porque la urna no es nueva
y puede pasarse el arroz
de esas efervescencias.
Los españoles sabemos,
y eso la historia lo cuenta,
que ir a votar es un acto
que se hace con harta prudencia,
auque haya resultados
que a uno no le convengan
y saque a gente a la calle
a pegar voces y afrentas
porque a uno no le guste
lo que ha salido de ellas,
a las urnas me refiero,
que hay gente que las enfrenta
porque en ellas no salieron
y ellos van y se cabrean
y saldrán en este sábado
por las calles madrileñas.
Pero el Rey Ricardo en eso
Ahora mismo no piensa;
él sólo está cavilando
en las papeletas nuevas
y hace pronto los cálculos:
lo que gano en Villanueva,
si lo pierdo en Bobadilla
la cuenta me sale hecha,
pues con el conejo echado
la pava no me interesa.
Aunque corriendo, corriendo
puede estar la corredera,
porque seguro no saca
ni uno la mano abierta,
pero ¿qué harán los otros?
esos de verdad de izquierdas
y que son los que me tocan
cual mal mosca cojonera
lo del P:G:O:U y el A.V.E.
y lo de La Vega entera.
Como estos ahora saquen,
y es posible que lo hicieran,
más de lo que ahora tienen
¡adiós mi paz placentera!
Me entregaré a los conejos,
a esa gente comparsera
sin tener letrista son
cooperativa letrera
y así es que no hay cojones
de denunciarlos siquiera.


ROMANCE XIII


Donde se da noticia de lo acaecido en el último Pleno


Dicen las lenguas mundanas
que en este pueblo hay un sitio
donde se debaten cosas
que afectan al municipio.
Entereme por azar
y asistí harto contrito.
Un martes creo que era,
quizás un martes maldito,
porque oí las peroratas
de aquellos sus inquilinos,
que han de llamarse así
pues viven todos juntitos
en esa casa tan grande,
albergue de frailecillos
en otro tiempo lejano,
de concejales asilo
en estos tiempos que corren
como el agua de los ríos.
Bueno, pues a lo que iba;
como si fuera en un bingo
la gente estaba sentada
mirando sus cartoncillos
y el Rey cantando los números,
y no sé si fue en el cinco,
(que tiene muy mala rima;
si te pillan el hocico
mirando al suelo, inclinado
y puesto en pompa allí mismo).
Se fue liando la cosa
y se debatió a buen ritmo
si se ponen policías
más cerca de los vecinos
vaya, en cada barriada,
para que estemos tranquilos.
Pues no se pueden poner;
no son bastantes los chicos
que visten ese uniforme
de color azul marino,
y como han de acudir
cual las chicas al servicio;
de dos en dos por lo menos,
no hay quien tenga bolsillo
pa soportar todo eso.
Pues más insisten los chicos
de la derecha que son
los que quieren persuadirnos
de que el policía de barrio
debe de estar presentísimo
vaya, muy cerca, muy cerca,
mejor en cucurumillos
para que se sienta el peso
de la ley en uno mismo:
Que no, dice el Rey Ricardo
y le siguen sus pupilos
a la su izquierda sentados
dispuestos a cantar bingo,
porque la línea es muy poco
para estos señoritos.
Pero la cosa termina,
y da la risa decirlo,
cuando dicen que se pierden
zapatos en los recintos
donde acuden al deporte.
Y responde el individuo
que si son zapatos caros
o más que caros, carísimos
la culpa es del que los lleva,
que los roben no es delito,
porque esas zapatillas
lo estaban pidiendo a gritos



ROMANCE XIV


Donde se da cuenta de algunos daños colaterales

Hay una duda perenne
arraigada en Antequera
sobre si es mejor o peor
montarse o quedarse en tierra
de ese tren que es progreso,
la máquina que genera
el futuro de los hijos
de todas las parturientas.
Veamos; si permitimos
el aeropuerto en la Vega
queroseno en las lechugas
en vez de sal y pimienta
la ensalada aderezada
tendremos puesta en la mesa,
amen de los sobresaltos,
ruido de sobremesa
en vez de las cabezadas
que se pegan en la siesta.
Son daños colaterales
de ese progreso que llega
y que dicen que es muy bueno;
esos a los que interesa
que les den por su terreno
duros en vez de pesetas
y luego, con los dineros
se apartan y viven fuera
y nos quedamos nosotros
con lechugas y sin siesta.
Si el AVE ha de llegar
es mejor que sea cerca
porque si no volveremos
a la eterna cantinela
del nombre de la estación,
que podría ser que fuera,
depende por donde pase
estación ADIPA-Virlecha,
y querrá independizarse
del municipio Antequera;
convertirse en EATIM
cual Concepción Villanueva,
o Bobadilla muy pronto,
que eso está tras la puerta,
si no, al tiempo, que dicen
que es un juez que nunca yerra.
Los daños colaterales
de esta democracia nuestra
que hace crecer como hongos
Roviras de Villanueva
y aún más recientemente
Ibarretxes de traviesas
¿De qué nos quejamos luego
cuando dicen que se atenta
a la sagrada unidad
de España y de sus fronteras?
Pues no hay que irse tan lejos,
lo tenemos aquí cerca
como queda demostrado
en las rimas antepuestas.
Un daño colateral
que hay que tener prevenido
es cuando se va al retrete
y después de descomido
recurrimos al papel,
ese que es muy finito;
hay que emplearse a fondo,
una y otra vez, repito
y tener mucho cuidado
sin manchar los calzoncillos:
los daños colaterales
ahí se llaman palominos


ROMANCE XV


Donde se da noticia de la muy concienzuda apuesta por la instalación del metro en Antequera y de algunos problemas técnicos.

¿Qué pensará el Rey Ricardo,
mirando desde la almena
de su castillo dorado
del futuro que le espera?
De momento, un avispado
lo ha adelantado en ideas
excavando los cimientos
de su Real Realeza.
Resulta que como vale
pa que la gente lo crea
cualquier cosa que se ocurra
o pase por la cabeza
(total, si se está ocioso
y el cacumen se menea
de él algo ha de salir
aunque de la encina sean
los frutos del pensamiento
de tan preclaro chavea).
Pues bueno, como decía,
que está bien el echar cuentas
para lo que se avecina
de aquí a unas pocas fechas;
dicen que van a poner
el metro aquí en Antequera;
que saldría de la plaza
donde los amantes besan
su último aliento de vida
antes de llegar la eterna.
Seguiría por debajo
(pienso debajo de tierra)
hasta pararse de nuevo
en el centro de Antequera.
Y digo yo ¿en el extrarradio
se sitúa la plaza esa
pa considerar el centro
esa estación, la primera?
Luego seguiría adelante
buscando la Cueva Menga
para llegar a morir,
allí en la estación tercera,
al polígono industrial
y así se redondea
¿Habrá pensado este hombre,
de un colectivo cabeza,
que tiene que atravesar
por fuerza la madre vieja?
Seguro que lo han pensado
o habrán caído en la cuenta
que como haya algún fallo
nos vamos a llenar de mierda.
Con estas tan buenas mentes
que abundan en estas tierras
no peligra su sillón
piensa el que está en la almena,
porque si la solución del tráfico
que parte de la Alameda
pa llegar a San Sebastián
pasando la calle Estepa
es el metro, apaga y vámonos.
No es que disparate sea;
Es una barbaridad
Escrita con todas las letras


ROMANCE XVI


Donde se da cuenta de algunas elucubraciones del Rey sobre el agua, su abundancia y su precio, algunas fuentes y un elogio a los pestiños

¿Dónde estará el mentecato
-pensaba el Rey en su almena-
que dice que falta agua
en la ciudad de la Vega?
¿Falta agua? ¿Quién ha dicho
tamañísima torpeza,
o es que son despistados
y aún no se han dado cuenta
que acabo de regalar
esas tres fontanas nuevas,
límites del municipio
y refrescantes fronteras?
Algún mal intencionado
va difundiendo la idea
de que no tenemos agua
o de que no puede haberla
a la vez pa lo del golf
y pa cocer las lentejas
¡Mentira, falso, embustero,
embaucador de la gleba,
administrador de infundios!
El mentiroso poeta
que escribe los romancillos
en la Crónica, gaceta
en la que todos los sábados
me pone a parir ¡Puñeta!
No puede este pobre Rey,
Ricardo para más señas,
demostrar que sobra agua
de hectolitros por docenas
y que hay para otro campo
de golf, si es que viniera.
Seguro que luego dice
que es muy cara el agua nuestra
y que se hincha a ganar
dineros en esta empresa
que se llama del Torcal
Aguas y que es duradera,
y que tiene un presupuesto
de más de mil de pesetas
millones. Y yo tan pancho,
tranquilo como la cierva
que está pastando en el valle
¡Y que hermosas las rotondas
que tienen las fuentes nuevas!
Para obligar a los coches
a frenar y dar más vueltas
que la circunvalación
de ser ligera carretera.
tiene más interrupciones
que un tartaja cualquiera
que pronuncie algún discurso
en campaña venidera,
para acaparar los votos
que aseguren silla y mesa
allí en el salón de plenos
o de los espejos ¡ea!
Esto se va terminando
y pa rematar la faena
yo rememoro los dulces
que se hacen en estas fiestas
sí, esos pastelillos
que los hacía mi abuela
emborrachados en miel
y saben a gloria eterna.
Pueden sobornar , si quieren
a este aprendiz de poeta,
pero no me manden muchos;
basta con media docena.


ROMANCE XVII


Donde se comienza hablando del uso razonable del agua y, no sé por qué, se termina haciendo advertencias de algunos malos pensamientos.

Por mucho que llueva ahora
si no hay de reservas agua
las pasaremos putísimas
si es que se hacen tantas casas
y mucho peor aún
si es que están desperdigadas.
Bueno es que crezcan los pueblos
y que tengan más manzanas,
pero todo ha de hacerse
de manera razonada;
si se hace un pueblo en Gandía
y otro en la Vega lejana
al lado del aeropuerto
¿de dónde llegará el agua?
Dicen que es agorero
el que tales cosas canta,
pero aquel que las promete
tiene lengua deslenguada,
si no ha caído en la cuenta
de que lavarse la cara
y aún las manos, cosa limpia
es, incluso necesaria,
una cosa que no ocurre
con afeitarse las barbas,
pues seguro que hay quien quiere
que tengamos barba rala.
Tiene una opción distinta
el que decide dejárselas
pero eso sí; limpia siempre
y pa eso hace falta agua,
pa eso y pa afeitarse
porque en seco eso raspa
como un papel de lija
con el que uno se limpiara,
después de haber descomido,
por allí donde la espalda
va y pierde su honesto nombre
para usar otra palabra
para decirlo y nombrarlo;
no es que sea cosa rara
pero decirlo está feo
en algunas circunstancias
y no quiero, por nombrarlo,
dar ocasión y jactancia
a aquellos que mal me miran
con los ojos de la cara,
que manden que mi otro ojo
se rompiera y se rasgara
por un ataque feroz
de un ariete o de una daga.
Eso no debe quererse
entre personas humanas
que se tienen un respeto
aunque de ideas contrarias
sean, pues la integridad
de esa parte de las nalgas
y el respeto a todas ellas
ha de ser cosa acordada
entre serios caballeros
y el hacha estar enterrada
si se trata de esa guerra
para mí está terminada,
que no quiero yo bromitas
con esas cosas sagradas
que empiezan de cachondeo
y terminan con pintadas
pestañas, tacones, bolso,
medias de red y hasta bragas.


ROMANCE XVIII


Donde se da cuenta del centésimo cumpleaños de un maravilloso invento que ha devuelto la autoestima a media humanidad y la sonrisa a la otra media.

Ha acontecido este año
-por lo menos eso leo-
a toda la humanidad
un maravillosos invento.
Es algo que si las cosas,
por el transcurrir del tiempo
cambian, como es natural
y se enfocan hacia el suelo,
de la manera más simple
las pone mirando al techo,
adonde antes miraban,
de donde nunca debieron
dejar la vista caer
a través de esos ojuelos
-no son ojos propiamente,
que ya lo irán deduciendo-
pero que al hombre acompañan
desde sus años más tiernos
y de donde le procuran
sus primeros alimentos,
por eso un hombre que es hombre
siempre se acuerda de ellos
y nunca se le han de ir
de sus nobles pensamientos.
Bueno, nobles y no nobles;
innobles los llamaremos,
que hay gente que en ellos piensa
como quien piensa en el pienso
o por decirlo más fino
piensan más que en el sustento,
que por ellos se han perdido
y se han perdido por ellos
más de una hacienda y dos,
y algún montón de dineros,
y han causado algarabía
en no muy pocos momentos
y es que el hombre que se vista
desde los pies hacia el cuello
sucumbe ante su hermosura,
pelea por poseerlos,
engaña aunque sea honrado,
suspira si están muy lejos,
llora como un niño chico
que se sintiera indefenso.
Y todo porque los quiere
y se regocija dentro
de su recuerdo añorado,
y se va su pensamiento
detrás, como si una brisa
invisible, o un truculento
huracán se lo llevara
y lo arrastrara hacia dentro,
que es imposible vivir
sin pasear en el su seno.
Por eso, cuando decía
que miraban hacia el suelo,
que no es su natural forma,
hay que ponerle remedio
y hace un siglo justamente
que algún “salido” moderno
dándoselas de inventor
sacó el sostén de su ingenio
y puso sujetadores
a todas la tetas del reino
que a las estrellas miraban,
volvían la vista de nuevo
a lo alto, a los planetas
al límpido y puro cielo.


ROMANCE XIX

En el que se advierte al personal de que ahora querrán algunos comerle el coco aduciendo lo bien que lo han hecho durante cuatro años para que los voten otra vez


Se ha metido sin querer
este mayo que es lluvioso
cuando ha caído más agua
que en todo el pasado otoño,
y como la primavera
lo renueva casi todo,
pues quieren hacernos ver
lo buenos y lo devotos
que fueron en cuatro años
y que lo hicieron redondo
¿Qué lo hicieron redondito?
cemento armado en el rostro
deben de tener algunos
por no decir casi todos;
yo recuerdo tres veranos
(tres julios y tres agostos)
sin bañarme en la piscina
y pagando euros gordos
si quería remojarme
donde están los bajos fondos,
que es bueno que se refresquen
en esos meses incómodos:
y como salieron huesos
de unos antiguos hoyos
se retrasaron las obras
creyendo los muy indoctos
que de la Guerra Civil
se databan los despojos.
Total, que yo me acordé
en el tiempo caluroso
de la piscina y sus muertos
con el sudor de este modo.
Y luego lo de la feria
que está aquí al lado, en el Hoyo
del Café con Leche antiguo,
detrás de la plaza toros,
donde hay que bajar la cuesta
y subirla de retorno,
llegando arriba asfixiado.
Se te queda cara tonto
si piensas ¿a qué he venido
si ya el cabello de oro
se ha plateado hace tiempo,
y lo de los coches locos
se queda para otra gente?
Pues aún así, no hay modo
de librarse de la feria
ni de llenarse de polvo.
Por cierto que en la pasada
-me refiero a la de agosto-
un control de alcoholemia
pusieron, y cayó un chorro
de gente que había tomado
un pelotazo o un tintorro.
Para remate de males,
porque hay que decirlo todo,
los autobuses no prestan
un servicio decoroso
que ha de tener esos días,
esos días y los otros,
porque me cuenta un amigo
que es minusválido y todo
que no le ha dado tarjeta
para aparcar en el rótulo
donde se reserva el sitio
si eres un manco o un cojo,
y que los servicios públicos
ha de utilizar ¿y cómo?
si te salen telarañas
de esperara a ese bus rojo.


ROMANCE XX

En el que se da noticia de la discriminación que se sufre cuando la vara de mando está siempre en manos de los mismos, ahora que empezábamos a estar de acuerdo en algo.


Al filo de media noche,
sin que sea un bocadillo,
como ya es tradicional
empieza el batiburrillo.
Hay que ser cuadriculado
o duro de colodrillo
para pesar y pensar
que sólo hay dos partidos
pues que crecen como setas
aspirantes a políticos
¿Será posible –pensaba,
ensimismado en mí mismo-
que haya gente tan cazurra
que pretenda hacer un cisco
ahora que se está de acuerdo
en dejar los sitios limpios?
Pues nada, van y te dicen
que hay un tablón enterito
para el P.P. y el P.S.O.E.,
los demás con ese sitio
que ocupa medio tablón
y os estáis calladitos.
Pregunto ¿tanto trabajo
cuesta tanto trabajito
poner dos tablones más
y poder colgar los dípticos,
carteles o lo que quieran?
Pues ha de costar muchísimo,
porque entonces no se entiende
que se cree algún peligro
de celos entre la gente
que pegan sus cartelitos.
Vamos a ver si me entero;
si se fuera justo, opino
se trataría por igual
al Rey que al primer ministro,
o al último de la fila,
porque si no hay distingo
entre los que tienen más
y los otros “probeticos”.
Si fuera proporcional
A lo que hay en el mismo
sitio del ayuntamiento
se quedarían extintos
-quiero decir sin tablón-
los que no tienen respiro
dentro del salón de plenos
y eso estaría feísimo
puesto que han de tener
el mismo derecho, digo.
Que esas tan pensantes mentes
se desdigan de lo dicho
y traten por igual a todos
y así todos acudimos
a pegar nuestros carteles
en los señalados sitios
y dejamos las fachadas
limpias a los vecinos
que tienen derecho a ello,
y que luego el vaticinio
de las sacrosantas urnas
en su lugar y destino
a cada uno sitúe,
pero que no de principio
tenga el Rey los privilegios
y los vasallos hundidos
estén en la puta mierda
por los siglos de los siglos.

No hay comentarios: